Delta de l’Ebre: vacaciones de Bien-Estar

Para que un destino sea para nosotros de verdadero Bien-Estar debe reunir las siguientes condiciones:

– Distancia: menos de 3 horas de Barcelona

– Terreno: algo montañoso para que MCM pudiera seguir entrenando su trail, pero que no todo sea escarpado para que yo también pueda correr. Si además el paisaje es bonito y diferente, entonces el acierto es total.

– Cultura: sitios con atractivo y, a poder ser, originales

– Clima: buen tiempo

– Gastronomía: tanto a nivel de restaurantes, como de productos locales que se puedan comprar

– Encanto: un buen alojamiento es clave para realmente disfrutar de las vacaciones.

Aunque parezca imposible tener todo esto en un mismo lugar, lo hemos encontrado: el Delta del Ebro.

Es muy fácil llegar hasta allí desde Barcelona. Se puede ir tanto en tren como en coche, y en cualquier caso, en menos de 3 horas se puede estar en el destino elegido… si no se hacen paradas durante el camino 😉

Os explico brevemente cómo hemos disfrutado de estas auténticas vacaciones de Bien-Estar:

En el tema cultural hicimos 2 visitas muy interesantes: Miravet y las pinturas rupestres de Ulldecona.

Miravet es conocido principalmente por su castillo templario. Cuando MCM me dijo que íbamos a dedicar 3 horas a una visita guiada al conjunto del pueblo, la verdad es que me asusté un poco. Pensé que sería excesivo y que me aburriría. Nada más lejos de la realidad. La visita no era sólo del castillo y las amenas explicaciones de nuestro guía Vicens de EMPRESA hicieron que el tiempo pasara volando mientras disfrutábamos de la historia, el paisaje y algún producto típico.

Las pinturas rupestres de Ulldecona, con sus 8.000 años de antigüedad fueron declaradas Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1.988.  Durante la visita se puede estar realmente cerca de estas obras de arte y admirarlas en su lugar natural. Me sentí realmente muy impresionada.

La geografía de la zona nos permitió seguir con nuestros planes de entrenamiento. Desde la puerta misma del hotel salían senderos de montaña ideales tanto para correr como para pasear. Y si en lugar de montaña, preferíamos ir al lado del mar, solo teníamos que acercarnos a Cases d’Alcanar, la población más cercana a nuestro alojamiento. Allí disfrutamos de un hermoso paseo por la costa, que nos llevó hasta la desembocadura del río Sénia que hace de frontera entre Catalunya y la Comunidad Valenciana (el camino sigue como mínimo hasta Vinaroz, pero lo dejamos para otra ocasión).

Además el Delta del Ebro es conocido por ser una zona ideal para ir en bicicleta y disfrutar a la vez de un paisaje diferente en el que se pueden ver numerosos pájaros y otros animales. Nosotros alquilamos una bici y dedicamos media jornada a recorrer parte del parque natural. Pudimos ver garcillas, garcetas y también flamencos (y, aunque abundaban, menos turistas de los que pensábamos).

En el capítulo gastronómico visitamos la cooperativa de Gandesa (que por cierto es un bonito ejemplo del Modernismo) y algunas «agro-tiendas». Con ello añadimos a nuestro equipaje vinos de Terra Alta, arroz, cerveza artesanal, galletas rellenas de cabello de ángel, licor de arroz, naranjas… Por supuesto no faltaron las comidas en restaurantes. Si visitáis la zona os recomiendo que reservéis mesa en:

  • La Casa de Fusta, dentro mismo del parque natural del delta del Ebro. Ofrecen un menú degustación a 25€ que está muy bien. Para empezar sirven 6 aperitivos de temporada. Lo que más me gustó fueron las «ortigas de mar», buenísimas. Como plato principal elegimos una paella con cangrejos, si bien también es conocido su cazuela de arroz con pato.  De postre menjar blanc, que es como el arroz con leche, sustituyendo los granos de arroz por harina (de arroz, evidentemente). Para ayudar a digerir, siempre ofrecen un licor. Probamos el de arroz (por supuesto). Muy bueno, suave sin el sabor ácido o «ardiente» habitual..
  • Les Barques Can Joan en Cases d’Alcanar. Aquí no hacen menús, pero los precios son razonables. De primero volvimos a compartir ortigas de mar arrebozadas, seguidas de unas navajuelas a la plancha. Después un arroz con alcachofas, calamarcitos y langostinos. De postre… otra vez el menjar blanc. 😉

Finalmente me gustaría hablaros de nuestro hotel: Cal Naudí. Está situado en plena naturaleza, en una zona de cultivo de mandarinos y aceitunas. Las habitaciones están muy bien. Son amplias, muy confortables, todas con balcón o terraza. Además dispone de una piscina al aire libre desde donde se ve una vista espectacular. No pude bañarme (el agua estaba demasiado fría), pero con MCM hicimos un par de sesiones de ejercicios muy completas disfrutando del paisaje. Volveremos.

En resumen, hemos descubierto una zona llena de posibilidades, justo a nuestra medida. Ya tenemos ganas de volver a disfrutar de su Bien-Estar

Esta entrada fue publicada en Sin clasificar. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario