Mi Media Maratón de Sitges. Sentimientos y razones.

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Cuando en enero del 2015 ♥ Monchermari ♥ y yo fuimos a Sitges para correr – yo los 10 km y él la media maratón – en ningún momento se me pasó por la cabeza que un año después sería yo quien corriera esos 21 km y tendría a ♥ Monchermari ♥ haciéndome de supporter.

Esta evolución tiene una serie de hitos que quiero compartir con vosotr@s.
El primero y más importante es haberme apuntado al Nike Run Club en primavera del 2015. Este grupo y sus entrenos han cambiado mi vida… de runnner. 😉 Estoy aprendiendo a correr mejor, a llevar más lejos mis límites. No hay competición entre nosotras pero sí apoyos.

El segundo punto que influyó mucho en mi decisión de ir a por los 21 km fueron las vacaciones del año pasado. Hacer el Tour del Mont-Blanc, que se supone que es un recorrido de una cierta dureza, y sentirlo asequible y «sin problemas» me hizo empezar a pensar que podía también correr una media maratón.

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La Fenêtre d’Arpette, uno de los puntos más difíciles del Tour du Mont-Blanc.

Una vez la decisión tomada, elegir concretamente la Media de Sitges como escenario de mi primer 21 km fue quizás lo más fácil. Es un lugar que me encanta, que me llena de Bien-être.

Entonces solo quedaba empezar a prepararse. Para mejorar mi condición física tenía los martes los entrenos del H.I.T. & RUN del NRC. Allí nos ayudan a mejorar la resistencia, la velocidad, la fuerza y la potencia. También empecé a ir semanalmente a las sesiones de Speed Run. Aquí se trata de series que combinan diferentes ritmos y distancias. Es duro, pero vale la pena. Desde que empecé, he notado una mejora de mi velocidad de carrera.
Para el entreno específico de mi media maratón, elegí la aplicación de Asics. La verdad es que es muy sencilla: le introduces tu objetivo de distancia, el tiempo y la fecha de la carrera. A partir de ahí el programa te calcula los km, la velocidad y los días que hay que salir a rodar.

Soy bastante disciplinada asi que no he fallado a ninguno de mis entrenos. La combinación de las sesiones del NRC más mis salidas en solitario siguiendo el programa de Asics, han hecho que llegara a la media maratón con una gran sensación de seguridad. Ya antes de Navidad me notaba preparada física y mentalmente. Sabía que la iba a acabar y en menos de 2h20.

Hay que decir también que el hecho de que esta carrera fuera el 10 de enero la convertía en un reto nutricional. Correr justo después de las fiestas de Navidad fue  perfecto para no hincharse de comida. Así, con tan solo un poquito de atención a la cantidad de comida en los platos, nunca me levanté con la sensación típica de empacho y pude disfrutar mucho mejor de las fiestas.

Como lo dice el manual de nutrición del buen runner, la semana de la prueba llené mis reservas de hidratos de carbono. La cena del día anterior a la media maratón fui con ♥ Monchermari ♥ a comer un buen plato de pasta a la Tagliatella. Eso sí, no comí pastas rellenas. Aunque caí en la tentación de las salsas, escogí una ligera que pedí que me la sirvieran aparte. De esta manera me puse la cantidad justa, es decir, no demasiado.

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¡Qué buenas!

Otra de las comidas críticas, quizás la que más nos inquieta, es el desayuno del día D. Durante los meses previos también había «entrenado» el desayuno y ya había descubierto cuál me proporcionaba las fuerzas necesarias para poder correr durante más de 2 horas. Así pues, 2 horas antes de la salida desayuné:

2 vasos de zumo de naranja y zanahoria
3 rebanadas de pan integral con un trocito de queso Brie
6 avellanas
1 croissant de cereales con un poco de Nutella
Me fue genial. Ninguna molestia, ni sensación de hambre, de debilidad o de exceso.

Un poco antes de empezar a correr hice un buen calentamiento, combinando varios ejercicios que hacemos con el NRC. Di un ligero repaso a mis brazos, pies, rodillas y piernas.

Me sentía tranquila. Iba a competir conmigo misma, sin compararme con nadie. Sabía que siempre tendría a mi alrededor a alguien más rápido o más lento que yo. Además desde hace algún tiempo,  decidí no compararme con los demás. Cada un@ tenemos nuestra historia. Cualquiera que está en el arco de salida ya ha hecho más que todos los que se han quedado en el sofá vencidos por la pereza. Por supuesto que en los sofás y camas hay mucha gente que preferiría estar en un cajón de salida de una carrera y que no puede, pero eso es otra historia.

Mientras esperaba la señal de salida, me sentía contenta. El haberme preparado para esta prueba era ya una victoria en sí mismo. Ese día mi esfuerzo se iba a ver recompensado. El mío y el de los que compartíamos aquel momento.

Cuando se dio la salida fue el momento de empezar a correr. 21 km dando 2 vueltas a un mismo recorrido. Me había marcado un ritmo e intenté seguirlo. La primera vuelta me fue bien. Sin embargo en la segunda me acompañaron el viento y el cansancio, pero en ningún momento pensé en parar o abandonar. Además ver a ♥ Monchermari ♥ esperándome en los avituallamientos con un vaso de agua preparado y dándome ánimos, me dio mucha fuerza.

Y al cabo de algo más de 2 horas – 2h10 para ser más exacta- de correr vi la meta. Me emocioné un poco, e incluso pensé que iba a llorar (tengo la lágrima fácil). Pero no hubo lloros. ♥ Monchermari ♥ me esperaba con una enorme sonrisa, así que se me contagió y también me puse a sonreír. 🙂

Al acabar, me puse una camiseta seca e hice unos estiramientos frente al mar. En ese momento me invadió una enorme sensación de Bien-estar al pensar que había podido correr 21 km. ¡Yo, que nunca me había sentido atraída por el deporte!

Al día siguiente, ¡me apunté a la 1/2 maratón de Barcelona!

Y vosotr@s, ¿habéis experimentado esta sensación de cumplir una meta que no os hubierais imaginado antes?

Coucher de soleil 2

Sitges

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